Este artículo se basa en un rico intercambio sostenido con Lorena Ortiz, Claudia Olarte, Carol Franco, Katerine Vergara (todas ellas del IDEAM de Colombia); Kelly Salcedo (SERFOR, Perú); y María Trujillo (ProBosques, Perú), quienes compartieron sus puntos de vista en un conversatorio virtual el 5 de agosto 2020. También participaron Mariola Acosta, consultora sobre temas de género; y Catalina Ospina  (Cooperación Internacional del IDEAM). Marina Irigoyen, asesora en Género de SERVIR-Amazonía promovió este encuentro y es la autora del artículo.

  • Cuando hubo una oportunidad de ascenso, me dijeron “Yo sé que Usted sabe más, pero tiene un problema… es mujer”. Y no me dieron el cargo.

En pleno Siglo XXI todavía prevalece la idea de que una mujer no es capaz de liderar equipos a pesar de sus capacidades. Más aún, en Perú y Colombia encontramos limitantes para que mujeres jóvenes profesionales tengan participación en las labores referidas a los sistemas georreferenciados (SIG) y en general, en ciencia y tecnología. Si bien en los últimos años estas limitaciones se han reducido, la situación continúa siendo aguda en las zonas rurales.

  • Muchas veces, al estar en campo, las poblaciones se dirigían al técnico de apoyo y pensaban que yo era la asistente y no la Jefe de Proyecto, porque era mujer.
  • En regiones es raro ver a mujeres liderando… Hay una lucha constante contra el machismo.

Estos son algunos de los comentarios vertidos por siete activas mujeres de Perú y Colombia, que se desenvuelven en el mundo de la georreferenciación (SIG) y la defensa de los bosques, convocadas para conversar sobre los retos de las mujeres que trabajan en estos temas en sus respectivos países.

María refirió cómo, al empezar la carrera las mujeres han de luchar por tener un espacio. Así, “pareciera que hay que pagar derecho de piso”. Por otro lado, comentó el desafío que significa articular la labor profesional, especialmente las salidas al campo, con la crianza de los hijos menores, lo que requiere la activa participación de la pareja y que las labores de crianza no sean asumidas como apoyo sino parte de la responsabilidad compartida.

Kelly narró los cambios que observa, en la pasada década, en términos del incremento en el involucramiento de las mujeres en el uso de los SIG en los sectores de Salud, Transporte, Comunicaciones, Economía. Las mujeres están usando más los Sistemas de Información Geográfica para Zonificación Forestal, Monitoreo de Carbono, Monitoreo de la Deforestación, Incendios Forestales, entre otros, campos donde este uso ha ayudado a definir casos, la planeación de uso de recursos naturales, y para brindar información precisa y oportuna a los tomadores de decisiones, de forma que realicen acciones inmediatas.

  • Las mujeres tenemos capacidades para procesar y visualizar imágenes satelitales, imágenes de drones, entre otros, pero también para la programación, para labores más complejas, señalaron.

Por su lado, Claudia observó que, hace ya varios años, se amplía el número de estudiantes mujeres en ingeniería forestal, pero aún se perciben las relaciones de poder que ejercen los hombres. En general, en los temas ambientales, es creciente la participación de mujeres y van asumiendo muchos cargos de responsabilidad, aunque esta participación no es homogénea. Aún, en las regiones del interior subsiste el machismo, y entonces las jefaturas por lo general recaen en varones, señaló Lorena. Carol precisó que efectivamente hay cambios, pero “en los pueblos es difícil que una mujer ejerza una carrera de ciencias, a lo más, dibujante técnico”. Aún es frecuente el uso de micromachismos, esos gestos sutiles que sostienen muchos hombres para hacer prevalecer el ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano del trabajo.

Katerine anotó que en quince años de labor profesional en los SIG se percibe una evolución positiva en términos de igualdad de oportunidades.

  • Me alegra ver cómo más mujeres acceden a carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en Inglés) en Colombia, comentó.

En Perú, en las carreras de ciencia y tecnología, las mujeres solo representan el 29.2% de los estudiantes matriculados, y apenas el 32% de egresados, según estudios de CENTRUM PUCP. En Colombia la situación es un poco mejor. Informes de la U. Nacional de Colombia señalan que en el país, del total de graduados de ingeniería solo el 26% son ingenieras; y de los 13.000 investigadores reconocidos, solo el 38% son mujeres. Estas son mejoras frente al pasado, donde las cifras eran inferiores.

Ello refleja que aún hay una brecha en cuanto al nivel de participación de mujeres dedicadas a la ciencia y la tecnología. Se va generando un “efecto tijera”: en las primeras etapas universitarias hay un mayor número de mujeres, pero según se va ascendiendo en responsabilidades y cargos, aumenta el número de hombres tomadores de decisión.

La formación de las mujeres centrada en su rol de madres, el embarazo temprano, la dependencia económica, aunado a una tradición cultural de subordinación, influyen negativamente en el desarrollo personal y profesional de las mujeres, particularmente en las mujeres indígenas. De esa forma encontramos que hay muy pocos casos de mujeres de la Amazonía que acceden a la información georeferenciada de sus territorios y recursos, y menos aún casos en que manejan estos sistemas. En zonas urbanas esta situación va cambiando, y así es como observamos en instituciones como el IDEAM, una significativa presencia de mujeres en labores SIG. Incluso se tejen redes de relaciones y de apoyo entre las mujeres trabajadoras del ramo.

Se requiere un esfuerzo particular para incluir a las mujeres en los SIG, y de las tecnologías en general, considerando además que ellas tienen escaso acceso a la infraestructura de soporte.

Felizmente se procesan cambios. Justamente observamos que se generan nuevos impulsos: iniciativas de proyectos para empoderar a las mujeres, mujeres líderes que inspiran, algunas oportunidades de capacitación y para nuevos aprendizajes. El IDEAM, por ejemplo, ha promovido la participación activa de las mujeres rurales en el monitoreo comunitario de bosques. En cursos como SIG y Cartografía Básica, módulo de la escuela de saberes y conocimientos del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono,  se ha llegado a tener una tercera parte de participantes mujeres; se espera que ello se sostenga, o más aún, se incremente. Este importante proyecto es una muestra de las formas en que podemos incentivar nuestro propósito: la promoción de las mujeres en los SIG.

Autora del blog post

Marina Irigoyen
Asesora en Género de SERVIR-Amazonía