Por: Heidi Buzato, Celma de Oliveira , Giulia Andrich y Natalia Molina.
En São Félix do Xingu, un municipio de la Amazonía brasileña, existe una asociación dirigida por mujeres que, a través del trabajo familiar, produce pulpa de frutas y cacao de bosques agrícolas, patios propios y otros bosques vecinos. La asociación es conocida como AMPPF por sus siglas en portugués.
Estas agricultoras, junto con otras de cuatro territorios más de Brasil donde opera el Programa SERVIR-Amazonia (Calha Norte, Rio Negro, Solimões y Tupi Guaporé), han informado su percepción de cambios en el clima, en la calidad del aire por la fumigación aérea de pesticidas sobre los pastos y en la del agua por la contaminación minera sobre los ríos, lo que, creen, impacta sobre la calidad de vida y la producción de toda la región.
Y no se equivocan. Según estudios del Observatorio del Clima difundidos en 2021, su municipio fue el mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) per cápita del mundo con cada residente emitiendo 225 toneladas por año, 22 veces más que el promedio brasileño, principalmente debido al avance de la deforestación por actividades de explotación e ilegales, especialmente la ganadería extensiva.
Además, São Félix do Xingu se encuentra entre los peores municipios amazónicos en el Índice de Progreso Social (IPS), lo que podría estar relacionado con la deforestación, que, se sabe, afecta la productividad agrícola.
Por otro lado, la mayoría de los pequeños agricultores de este municipio carece de herramientas adecuadas para el manejo de la tierra, por lo que cada quien amplía sus cultivos individualmente, eligiendo la mejor zona o más rentable de acuerdo a sus preferencias y no a las características del suelo y la tierra ni la capacidad productiva, la demanda del mercado y otros factores esenciales para una buena planificación.
De esa manera, el Programa SERVIR-Amazonia identificó una necesidad importante de una herramienta geoespacial que pudiera ayudarles a monitorear los cambios en el suelo y las amenazas a su integridad, así como planificar su producción.
Así nació Terra On Track, una aplicación de teléfonos celulares para hacer monitoreo geoespacial de cambios socioambientales en los territorios, desarrollada por Imaflora para SERVIR-Amazonia. Esta aplicación facilita a las personas en el campo el acceso y la visualización de información relacionada con la degradación forestal, la deforestación y los incendios, así como la creación de alertas para que las instituciones de apoyo estén al tanto de su ocurrencia.
Ahora, en la etapa final del desarrollo de la aplicación, Imaflora está realizando una serie de capacitaciones para el uso y difusión de la herramienta con un impacto potencial en 180 organizaciones comunitarias de la Amazonía, y AMPPF ha estado involucrada en esas capacitaciones con 55 mujeres y hombres para cubrir 900 hectáreas de tierra.
En agosto de 2022, se realizó una capacitación presencial en la asociación a cargo de la técnica del proyecto Aline Fransozi, y se concluyó que, si bien las mujeres estaban abiertas y listas para entrenarse, había «una barrera para aprender nuevas tecnologías, porque a muchas de ellas les han dicho toda su vida que no son capaces”.
Por eso, los entrenamientos han sido dirigidos por entrenadoras para facilitar el aprendizaje, pues según Aline, “cuando una mujer está enseñando a otra mujer, estamos en el mismo lugar y la primera percepción es que es posible que las mujeres sepan usar estas herramientas.” Y como preparación para poder utilizar los mapas de Google Maps y la aplicación Terra On Track, las capacitaciones han incluido pasos básicos como crear una cuenta de correo electrónico, conexión a Internet, gestión de contactos, intercambio de mensajes, reuniones en línea, uso de la cámara e instalación de aplicaciones.
Cuando se le pregunta sobre este proceso, María Helena Gomes, líder comunitaria y miembro de la asociación desde hace unos 10 años, cuenta que le pareció “muy práctica la aplicación durante su presentación y creo que nos puede ayudar”.
En este sentido, las capacitaciones de AMPPF han demostrado ser un buen ejemplo del uso de un enfoque género responsivo para crear una base para la autonomía de las mujeres, para su producción y gestión de ingresos, para su crecimiento personal, y para el desarrollo de sus familias y sus comunidades.
Y como concluye Celma Gomes de Oliveira, coordinadora de proyectos de Imaflora que trabaja en el desarrollo de capacidades de la AMPPF, la capacitación en geotecnologías “también puede contribuir a desmitificar que el acceso y uso de las herramientas tecnológicas no es un privilegio o un conocimiento exclusivo de los hombres”.
Se espera que las capacitaciones se reanuden en abril de 2023 y continúen a lo largo del año.