Un nuevo estudio, publicado en la revista Environmental Research Health de IOP Publishing, revela que los indígenas de la cuenca del Amazonas tienen el doble de probabilidades de sufrir graves consecuencias e incluso muerte prematura por la exposición al humo debido a los incendios forestales en comparación con la población sudamericana en general. Algunas regiones de Perú, Bolivia y Brasil se han identificado como focos particulares de exposición al humo, con tasas de mortalidad que llegan a ser 6 veces superiores a las de la población general.

Los resultados muestran que el humo de los incendios forestales en América del Sur es responsable de aproximadamente 12.000 muertes prematuras cada año entre 2014 y 2019, de las cuales ~230 se producen en territorios indígenas. La exposición a partículas de humo nocivas es mucho mayor durante la estación seca amazónica, de agosto a noviembre de cada año, cuando los incendios forestales duplican con creces el aumento de las concentraciones de materias particuladas o PM2.5 (por sus siglas en inglés). 

La Dra. Eimy Bonilla, autora principal del estudio, afirma: «Aunque en los territorios indígenas se producen relativamente pocos incendios en la cuenca del Amazonas, nuestra investigación demuestra que las personas que viven en estos territorios experimentan riesgos para la salud significativamente mayores derivados de las partículas de humo, en comparación con la población general.»

Las investigaciones previas en este campo se centran en las repercusiones sanitarias de los países a mayor escala o dependen en gran medida de los datos de ingresos hospitalarios. Esto no pone de relieve con exactitud el impacto en las personas que viven en territorios indígenas, ya que suelen estar situadas mucho más cerca de los incendios, están expuestas a las partículas de humo durante periodos de tiempo más largos y carecen de acceso a una atención médica adecuada, materiales de higiene y agua potable. El nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard, utiliza una combinación de modelos de transporte químico atmosférico y una función de respuesta de concentración actualizada para estimar la tasa de mortalidad prematura de las poblaciones indígenas expuestas a concentraciones elevadas de PM2.5.

En los últimos años, el ritmo de quema de biomasa en Sudamérica se ha disparado. Este aumento se debe a la degradación de los bosques provocada por la actividad humana (como la minería, la tala y el uso agrícola de la tierra), así como a las variaciones de las condiciones climáticas. Los incendios forestales liberan pequeñas partículas de humo llamadas PM2.5, las cuales contribuyen significativamente a las concentraciones de aerosoles y tienen un impacto negativo en la salud humana. De esta manera, la exposición a estas partículas puede provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, cáncer, partos prematuros, disfunciones metabólicas y otros síntomas fisiológicos. Las partículas de humo procedentes de la quema de biomasa en la cuenca amazónica recorren grandes distancias, afectando a la calidad del aire en varios países de Sudamérica.

«Estos incendios están teniendo un impacto desproporcionado en las personas que viven en territorios indígenas. Con tiempos de exposición más largos y un acceso limitado a la atención médica, las poblaciones indígenas corren un riesgo mucho mayor de morir a causa de los incendios», afirma Bonilla. «Recomendamos que los gobiernos proporcionen ayuda financiera para vigilar la calidad del aire en estas regiones, suministrando sensores de bajo coste para estudiar el impacto de la exposición al humo a corto y largo plazo.»

Esta investigación se ha llevado a cabo en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard con la colaboración del Programa SERVIR-Amazonia, una iniciativa conjunta de NASA y la USAID para desarrollar la capacidad de los pueblos amazónicos en la mejora de la gestión medioambiental y la resiliencia al cambio climático mediante tecnologías geoespaciales. Para acceder a la investigación completa, por favor visite la revista IOP Science: http://doi.org/10.1088/2752-5309/acb22b

Autor: Cait Cullen, Oficial de Comunicaciones – IOP Publishing